El director del Instituto de Ciencias Religiosas y Filosofía de la UCN se refiere a la importancia del Diplomado en Discernimiento Bioético en la capacitación de académicos, académicas y profesionales.

El próximo martes 18 de junio comienza la décima versión del Diplomado en Discernimiento Bioético de la Universidad Católica del Norte (UCN), programa impartido por el Instituto de Ciencias Religiosas y Filosofía, y la Facultad de Medicina, que busca retomar la intuición original de la bioética a través de una mirada analítica dialogante, entre las ciencias de la vida y la tecnología.

En entrevista, el director del Instituto de Ciencias Religiosas y Filosofía, Dr. Francisco Correa Schnake, se refiere a la importancia de participar y capacitarse en este tipo de programas, al aporte que se hace a los Comités de Investigación de nuestra Casa de Estudios, y a las novedades de esta nueva versión del diplomado, entre otros temas.

Además, el Dr. Correa insta a académicos, académicas y profesionales internos y externos de nuestra Institución a inscribirse en el Diplomado en Discernimiento Bioético, cuya duración es de seis meses y en formato 100 % online.

—¿Por qué es importante que académicos y académicas de nuestra Universidad participen en este tipo de programas que abordan temas como la bioética?

—La participación de académicos y académicas en este tipo de programas es importante porque los principales desafíos que enfrentamos como sociedad están relacionados con problemáticas éticas: en el ámbito personal, familiar, social, económico o político. En este sentido, es necesario comprender que el análisis y la búsqueda de soluciones a los desafíos éticos no es responsabilidad exclusiva de un grupo particular, sino responsabilidad de todos los miembros de la comunidad universitaria y de la sociedad. La ética no es una disciplina más que se deba aprender, como un añadido a la vida en general o profesional, sino una dimensión humana fundamental de todo ser humano que nos desafía a ser conscientes y responsables para intencionar nuestra manera de pensar, querer y comportarnos para un desarrollo más digno y humano. 

COMITÉS DE INVESTIGACIÓN

—¿De qué manera este diplomado contribuye a los Comités de Investigación de la UCN y cuáles son los próximos desafíos en esta materia?

—La formación que se entrega en el Diplomado de Discernimiento Bioético apunta a conocer elementos históricos, contenidos mínimos y métodos que posibiliten un adecuado proceso de discernimiento o deliberación. Se trata de un ejercicio permanente de praxis dialogal que parte del reconocimiento y valoración de la diversidad, real y disciplinar, en una búsqueda conjunta para analizar lo más ampliamente posible las propuestas de investigación; buscando resguardar siempre la dignidad de los seres vivos, reales y situados, incluyendo el aporte del desarrollo científico y los avances técnicos. El desafío permanente es entender que, en la reflexión bioética de una realidad que nos interpela a todos, nos estamos jugando la posibilidad de una vida digna para las actuales y futuras generaciones.

—¿Qué novedad incorpora la décima versión del Diplomado en Discernimiento Bioético de la UCN?

—Cada año se van incorporando nuevos temas y enfoques a partir de la experiencia acumulada y de los desafíos que la realidad nos va planteando. Particularmente, este año se actualizó el programa para darle mayor coherencia curricular y amplitud a la mirada. Por otro lado, el equipo académico es interdisciplinar, lo que permite promover un diálogo temático amplio, dinámico y significativo para los estudiantes de distintas disciplinas. Es importante recordar que la propuesta fundamental del programa busca recuperar la intuición inicial de la bioética como una “ética de la vida”; una mirada ética que no se limite o restrinja a una dimensión específica, sino a un discernimiento amplio y aplicable a distintos ámbitos o dimensiones de la vida humana. 

REFLEXIÓN ACADÉMICA 

—Además de académicos y académicas de la UCN, ¿el diplomado también está abierto a profesionales internos y externos?

—A este programa no solo pueden incorporarse personas que pertenecen a las universidades o a los comités. Es muy importante que participen personas externas al mundo académico, personas de la más variada procedencia; porque con su presencia enriquecen la reflexión, abren a la diversidad social, vinculan la reflexión universitaria con actores y miradas sociales que tienen algo que aportar, y aterrizan la reflexión académica para evitar la tentación de una reflexión academicista desencarnada o idealista descontextualizada.